23/3/12

Primavera

Brotan con timidez.
La llegada de la luz y el calor las perturba.
Las margaritas que ayer
no lograban romper el limo
germinan sucias.
Sin terminar de emerger,
en torno a ellas un clavel
se pregunta de su existencia el porqué.
Bajo la turba de torbellinos
que entre vendaval y brisas se generan
el olor de sus bocas sinceras
seducen al ciego y perdido,
otrora bendecido.
Pero sus lenguas gomosas, carnosas,
están lejos de tener la fuerza suficiente
para disuadir al que se cura de las rosas.
Sus espinas, evidentes pero ocultas,
alojan virus débiles que aún no mutan,
y atraen al impulsivo y al prudente
que un no aprender emprende.

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