Esencia en el alma y una vida en la recámara.
El mundo se mece desde la realidad de la niebla.
Al compás de la verdad acompañada de cerveza.
Sin reserva y sin crudeza,
corazón alto y cabeza sin dudar.
La razón sobre la nada
y la mano manchada
de colorear
al sentir y sin pensar,
como tal improvisar,
resolver los soliloquios de la pura realidad.
No esta bien, tampoco mal.
Pero viviendo quién acaso se cuestiona la moral.
Si ahora sintiendo y sin condena me apetece germinar.
Cuando viviendo y sin cadenas es hora del nunca más,
y de adelante y no de atrás,
y del cristal sin empañar,
y del color con que reluce tu mirada al avanzar.
Como tic, como tac,
como esa oportunidad,
que se escapa / no se escapa,
que se yo, me lanzo ya.