No paro, no vivo, no trago,
no trabajo, no pago, no amparo.
No destrozo, no cuido, ¿no valgo
o no lo ejerzo?
Pero van así años
y lustros y tiempo
y ya es vida.
Y aunque brego me araño,
y lucho, y quiero
sin rima
fuera
de mí, de la esencia, del alma,
del brillo y del karma
que no quedan más que en mi mirada.
Que no quedan más que desolada
la persona, la senda, la vida,
pero el trabajo y el esfuerzo nunca cesan, no.
Pero los frutos no los veo, no los recojo.