Veo en ti
los ojos que ayer
reflejaban placer
por mi compañía
y la cercanía de mi piel.
Veo en ti
el gesto cansado
de quien lucha por amores
que el tiempo ha borrado.
Corazón erosionado
por conflictos y penurias
y el constante veredicto
de todo aquel que te juzga.
Tedio, sufrimiento eterno.
Condena ineludible,
causa del dolor
que a tu corazón aflige.
En mi mano,
la opción de volar;
escapar, dejando a tu suerte
la vida que tendrás.
Y la duda
de si hacerlo y liberarte
o tenerte y consumirnos
en la espiral de odio
que en torno a nosotros arde.
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