16/5/12

Complicaciones

   A menudo veo que la gente desprecia los problemas de los demás por tener otros que consideran más graves. Quizá sin quererlo, juzgan todos los problemas con arreglo a una escala de gravedad máxima a gravedad irrisoria.

   Quizá los problemas no deban ser evaluados así. ¿Tiene menos importancia el amor platónico que rechaza a un adolescente de 16 años y que le hace llorar durante días que perder tu trabajo, por ejemplo? A primera vista parece que la diferencia entre ambos es abismal. Si lo juzgas desde un único punto de vista, el tuyo.

   Para ti perder el trabajo supondrá algo así como un futuro oscuro e incierto con perspectivas negativas. Para él perder el único punto de apoyo que tiene no supone algo distinto. Con esto quiero decir que el tamaño de los problemas no depende sólo del problema, también se ve influido por quien sufre el mal. Un problema no es más importante que otro, pues los dos resultan igual de devastadores a causa del punto de vista de cada sujeto: si bien uno puede considerar más importante la economía y letal el carecer de recursos para mantenerse, a lo mejor la otra persona juzga al sentimiento de amor y la espiritualidad como el eje del mundo.

   No creo que se deba despreciar a alguien hundido por algo en apariencia nimio. La cantidad de tristeza que genera un problema, sea cual sea, puede ser abismal y el punto de vista del que padece tan 'correcto'  como el tuyo, que concedes más importancia a otros asuntos.

   O quizá él sólo sea otro idiota que da valor a cosas superfluas.

1 comentario:

  1. me gusta tu forma de reflexionar, no creo que seas un idiota tienes demasiada razón :)

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