Permito y entiendo que la lava me calcine
pero que queme a los delfines me parece de cine.
¿Por qué, si ellos nunca hacen que se te corra el rímel?
Si sólo están para endulzar, como chicas de anime;
si viven por y para que nadie se lastime.
Yo vine y cogí el kleenex,
por no ser verso que rime,
Pero, joder, ¿qué coño han hecho los delfines?
Vale que a mí me destroce el entorno,
que apuñale mi interior y que acorace mi contorno;
pero a ella me niego en rotundo,
eso ni el absurdo.
Yo me ofrezco voluntario a los buitres de carroña
pero a ella no le vomitéis ponzoña ni de coña.
Palabras vanas, y en mis uñas sólo roña.
Como agradezco que la Muerte sea la dueña, la Doña
que termina todo y al final se queda sola
y que todo esto sólo sea una trola.
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