21/11/12

Oxitocina (y II)

Pasan los segundos y tú y yo
mientras obviedades salen de nuestros labios
cuando deberían ser alfombras rojas
para lo excelso de la lengua
del otro.

La saliva hierve en la antesala
de lo que pugna por ser infructuosamente.
El fruto de la mente es pugna
y tu mente pugna por lo no fruto
mientras la mía por abono.

Así miramos, callamos, damos pena
como si adolescentes
en vela temiendo el sujetavela,
el sujetador y la primavera
como cómodos en nuestro iglú.

Pupila sobre pupila,
interrogando a la desesperada
-quizá y ojalá el doble sentido-
entre eternidades que nos hacen corro.
Pero uno está distraido
entre el váyanse y el socorro
y no cree lo del "está escrito".

Y no cree en lo que de haber creído
ya debería haber sido,
o quizá no o sí o no.
Y no cree estar perdiendo el tiempo
y no cree estar ganando tiempo
y no cree que no sea un acierto
ni tampoco que esté en lo cierto
ni no estarlo.

Oliendo rosas entre preservativos
-de la miseria y declive-.
Rosas rosas y no rojas
-cuando no crisantemos-
cuando los demás rojas y por qué.

El cielo ya no fuera,
pero tampoco cerca.
Pero quién quiere cielo sabiendo que existe
y que sus prendas se visten
y entendiendo por qué.

El cielo con tus venas
o en las mías con un cúter.
Aunque parezca cutre,
aunque no seas obscena.

El cielo, chica dulce,
el cielo si no tú quién.
No tanto entre tus piernas
como en un sí de tu lengua.

2 comentarios:

  1. Me he leído muchos poemas tuyas y buah, me encanta y me encantaría mas tener la capacidad de poder escribir cosas así. Me ha dejado muerta, muy bonito.
    Estoy empezando un blog bastante personal, quizás te pueda gustar :)

    Te sigo!

    ResponderEliminar
  2. Impresionante. Lo digo en serio, me he enamorado de tus palabras.
    Gracias por pasarte,
    Un besazo! <3

    ResponderEliminar

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